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        TESTIMONIOS DEL PROFETA AMOS INTRODUCCION     Para poder distinguir el bien del mal, el profeta falso del verdadero,
         Jesús antiguamente dijo: "que por sus frutos los conoceréis". Todo árbol maleado
         llevaría malos frutos, así como todo buen árbol llevaría frutos buenos... Mateo 7:15-20. 
         Los frutos son las obras.  Queriendo quizás, abundar más en este lógico pensamiento, fue que Jesús
         dijo también: "Estas señales seguirán a los que creyeran", esto es, a los verdaderamente arrepentidos
         y convertidos.  "En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, quitarán serpientes,
         si bebieran cosas mortíferas no les dañará; y sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán"...San
         Marcos 16:17.  Con estas señales identificaría también el árbol bueno, o dicho en otras palabras,
         el creyente verdadero, justo y santo.  Hablándole a los judíos, dijo también Jesús, que,
         "las mismas obras que yo hago dan testimonio de mí, que el Padre me haya enviado"...San Juan 5:36. Con
         este mismo testimonio es que hemos querido presentar al Profeta Amós al mundo: por sus obras, por sus hechos, que son
         los frutos de este buen árbol.  Jesús quería, en sus días, que aquel pueblo entendiera que
         las obras que él estaba haciendo, eran el testimonio fehaciente de que Dios lo había enviado. Siguiendo
         este mismo orden divino, es que hemos creído, que es nuestra responsabilidad dar a conocer a través de este
         portal de la Internet algunas de las obras de este Santo Profeta.  Y decimos algunas, ya que nos sería casi imposible
         narrar todas las obras de este Ungido de Dios a lo largo de setenta años de fructífero y bendito ministerio.  
          Esta es parte de los miles de testimonios gloriosos que tiene el Pueblo de Amós |  |  |  |  |  
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          |   TESTIMONIO DE  RENE MORATAYA Y 4 FAMILIAS LIBRADOS DE LA MUERTE SEGURA AL SER ATACADOS CON BOMBAS MIENTRAS DORMIAN El Salvador,
         Centro América       Era
         el año 1988, la guerra recrudecía en El Salvador. En el lugar conocido como La Corriente del Departamento de
         Usulután, ubicado en una  zona volcánica del país, vivían 4 hermanos cada uno con su respectiva
         familia.  René Morataya, su esposa e hijos estaban perseverando fielmente en la Iglesia como también sus
         padres y algunas de sus hermanas.  Sus dos hermanos eran creyentes pero no eran fieles perseverantes a la Iglesia. 
         Unos meses antes, el Espíritu Santo le avisó a través de vasos proféticos que veía un gran
         peligro para él y toda su familia, y le decía que orara mucho por esa situación que se avecinaba. Una madrugada del mes de septiembre, de repente la energía eléctrica fue cortada, lo cual era muy
         común por los tiempos de guerra que se vivían,  y lo que proseguía era un ataque , ya la población
         lo suponía, eran tácticas que manejaban los bandos en conflicto para perpetrar sus maniobras.  Para estas
         familias esa noche fue muy triste y de mucho dolor y angustia. Después del corte de energía repentina, aproximadamente
          a los dos minutos, se escuchó una fuerte detonación de bomba, tan fuerte fue aquello que hasta la tierra
         tembló, un minuto después se escuchó un tropel como de militares  corriendo en dirección
         a la casa de René, quien aún no se dormía ya que uno de sus hijos estaba estudiando, René le dijo
         al hijo quédate donde estas, "no hagas ruido, sólo  escucha que  corre esa gente a escasos pasos
         de la casa", de repente esas personas se detuvieron frente a la casa y en un instante se oyó otra gran detonación
         , fue un disparo de un MISIL LOC, un artefacto de gran potencia.  Ellos querían levantar la casa y volarla en
         pedazos.  Se escucharon que miles de fragmentos o esquirlas  cayeron por toda la casa y una gran humareda inundo
         todo, los gritos de los niños fueron espantosos como los de sus padres, gritando AMOSITO, AMOSITO, AMOSITO, en ese
         instante los hombres corrieron pensando que la casa también ya estaba completamente destruida junto con los que vivían
         en ella.  Sin embargo no fue así, René al percatarse que todos sus hijos estaban sanos y salvos, a pesar
         que temblaban del susto, corrió a ver a sus otros hermanos, ya que en ese instante supo que era un ataque a su familia,
         la casa de uno de sus hermanos si quedo destruida, pero  nadie murió.  En cuestión de  otro minuto,
         se escucharon mas bombas, estas fueron tiradas en casa de su otro hermano al cual le tiraron una granada a unos metros de
         su persona , a ese muchacho las esquirlas le arrancaron pedazos de su cuerpo por lo que quedo muy herido, pero  tampoco
         murió como fueron librados también sus hijos y esposa.   Las siguientes bombas cayeron
         en casa de los padres de René, donde en una habitación estaba su hermana y una  bebé de 3 años
         de edad, a su hermana le quedaron unas 38 esquirlas en todo su cuerpo, la bebé quedo muy mal herida , pero como una
         maravilla de Amosito, tampoco murieron, fue aquella  totalmente una GRAN OBRA DE DIOS, HABIA SALVADO A TODA ESTA FAMILIA
         DE UNA MUERTE SEGURA, la profecía se había cumplido pero su DIOS LOS GUARDO DE MORIR A TODOS ESA NOCHE.  La
         bebé fue llevada de emergencia al hospital por las heridas que quedaron en su cuerpecito.  Los médicos
         le dieron una mala noticia a la madre que tenían que amputarle  las extremidades a la niña.  Su madre
         tuvo una fe poderosa y clamó en el nombre de AMOS y se llevo a su hijita a casa, donde siguió orando y pidiendo
         misericordia y no hubo necesidad de amputarle sus piernas  porque quedo sana por completo.  Hoy es una joven de
         21 años agradecida de AMOS. Por la mañana fue algo impactante ver todas aquellas casas destruidas,
         la única casa que no estaba así fue la de René Morataya, increíblemente y por obra de Amosito
         un muro que no tenía base de hierro fue lo que detuvo aquel misil, a ese muro  el impacto sólo logro hacerle
         un pequeño orificio, cosa que si no hubiera sido obra de DIOS, esa casa habría sido destruida en su totalidad. Los atacantes fueron capturados y confesaron sus intenciones de acabar con aquella familia.  Fueron enjuiciados 
         y cumplieron su condena de varios años en la cárcel. Y así se cumplió la profecía
         que Dios cubre a los suyos y "aunque caigan mil y diez mil, a ti no te tocará mal alguno". Algunos 
         de los hermanos Morataya guardan en sus cuerpos las cicatrices de las esquirlas en recordatorio de aquel día en que
         fueron librados de la muerte segura.  La familia sigue fiel y firme en esta Obra del cielo reconociendo que al clamar
         el nombre de AMOS tuvieron una respuesta inmediata.   |  |     DOCTOR ODONTOLOGO Fidel Márquez ES
         SANO DE ARTRITIS Y PARALISIS El Salvador, Centro América   Las noticias sobre el Profeta Amós y sus obras se habían difundido por
         toda la ciudad de San Salvador y otros departamentos y ciudades de ese gran país centro americano.  Dichas noticias
         llegaron a un hombre que se encontraba muy afligido por una enfermedad incurable que padecía.  De profesión
         odontólogo, ya se encontraba imposibilitado de ejercer su profesión debido a una artritis aguda que le había
         afectado su columna vertebral, y por consiguiente ya estaba prácticamente paralizado.  No podía ni tan
         siquiera inclinar su cabeza. Sus piernas también estaban afectadas severamente.  Pero dentro
         de todas estas complicaciones, la peor manifestación de la enfermedad era la artritis y parálisis de sus manos,
         las cuales estaban ya deformadas.  Ya no podía sostener en sus manos ninguno de los instrumentos utilizados en
         su trabajo, por lo que se había visto obligado a reducir casi totalmente la práctica de su profesión. Pero se encontró con el Profeta Amós en el país de El Salvador.  Había esperanza
         de salvación y salud para el alma humilde que llegara con certidumbre de fe en su corazón.  Y así
         llegó el doctor Fidel Márquez a donde el Profeta Amós.  Lo llevaron casi cargado hasta él. 
         Y el Profeta Amós puso sus manos sobre aquel hombre afligido y adolorido.  Y reprendió la parálisis
         y a artritis para siempre.  Y aquel odontólogo quedó radicalmente sano.  Pudo incorporarse de nuevo
         al ejercicio de la profesión.   Y se convirtió en un testigo más de las obras y maravillas
         que Dios estaba haciendo a través del Profeta Amós.   |  |     SE SALVA
         DE LA MUERTE LA FAMILIA BOLAÑOS  DE ESPAÑA   Transcurría el crudo
         invierno del año 1975.  El Profeta Amós se encontraba en Brooklyn, New York donde residía para ese
         tiempo.  Como parte del trabajo misionero de la Iglesia, El Profeta Amós había enviado a la hermana María
         Teresa Suárez, de nacionalidad española como misionera a Madrid, España. Una mañana
         de un invierno crudo y fuerte, María Teresa salió de su casa a visitar a otro hermano de la iglesia de nombre
         Miguel Bayo.  Cuando se encaminaba hacia la casa de este hermano, oye claramente la voz del Profeta Amós ordenándole
         que fuera a visitar a la hermana María Bolaños.  María Teresa se asombró pues sabía
         que el Profeta Amós se encontraba a una larga distancia a través del continente, específicamente en Nueva
         York.  María Teresa entendió inmediatamente que se trataba de un mensaje del Profeta Amós, que a
         la distancia le avisaba de un peligro para esta familia. Esta familia Bolaños se componía
         del matrimonio y unos ocho niños.  La mayor tenía trece años de edad.  El padre solía
         prepararse el desayuno en la madrugada y salir muy temprano a su trabajo.  María Teresa llegó ese día
         al hogar de la familia Bolaños.  Tocó en múltiples ocasiones a la puerta pero no le respondían. 
         Preocupada le pregunta a la vecina más cercana, la cual le indica que ella no ha oído el bullicio de los niños
         en la mañana, cosa que le extrañaba, pues usualmente los escuchaba muy temprano.   Al
         recibir esta información de la vecina, María Teresa empieza  a golpear la puerta de la residencia bien
         fuerte.  De momento sintió como si alguien se estuviera arrastrando hacia la puerta.  Por fin se abrió
         la puerta y la niña mayor cayó a los pies de María Teresa.  El cuadro que vio María Teresa
         era desolador, pues todos los niños estaban alrededor de la madre en la cama, y ninguno se movía.  Aparentemente,
         el padre al salir en la madrugada dejó las llaves de gas abiertas, por un descuido, y el apartamento fue llenándose
         del mismo, y toda la familia aspirando el gas.  Ya estaban moribundos.  María Teresa comenzó a abrir
         las ventanas y puertas, y junto con los vecinos pudieron dar ayuda a esta familia. Fue la voz del Profeta
         Amós que salvó a esta familia de la muerte segura.  A través de la distancia envió su poderoso
         mensaje a la misionera María Teresa Suárez para que rescatara esta preciosa familia.   |  |     SEÑORA
         SANA EN GUATEMALA DE UN TUMOR MALIGNO EN EL CEREBRO  A
         TRAVES DE LA ORACION DEL PROFETA AMOS Guatemala, Centro
         América     Doña Eva
         Quiroa, de oficio comerciante, no soportaba ya aquel terrible dolor de cabeza.  Había sido examinada por los médicos. 
         Le habían detectado un tumor progresivo en la parte posterior del ojo.  Estaba ya un poco más abultado
         que el tamaño de una aceituna grande.  Según le indicaban los médicos Doña Eva tenía
         que someterse a una intervención quirúrgica a la mayor brevedad posible.  Ella estaba turbada.  No
         sabía qué hacer.  Leyendo una mañana el periódico, alcanzó a ver
         algo que le impresionó mucho.  Se anunciaba la llegada de un profeta al país de Guatemala.  De hecho
         ya el Profeta Amós estaba en el país.  Por el nombre y la foto que vio quedó muy impresionada. 
         Decidió ir a ver al Profeta Amós.  Tan pronto se encontró con él le contó su angustia
         y su dolor, y mucho más su temor a la operación que le había indicado el médico. El
         Profeta Amós impuso sus manos sobre ella y en oración reprendió la enfermedad.  Con potestad pidió
         que el tumor desapareciera.  Eva salió muy contenta y esperanzada de la Casa de Dios en ese día. 
         Desde ese mismo  momento no experimentaba el terrible dolor de cabeza que la tenía agobiada por tanto tiempo. 
          Eva tenía cita con los médicos unos tres días después de su encuentro con
         el Profeta Amós.  Pero ya ella se sentía completamente sana, y el dolor de cabeza tan angustioso había
         desaparecido.  No obstante, y a pesar de indicarle esto último a los médicos, ellos quisieron volver a
         realizar una radiografías para determinar, según ellos, el alcance del tumor canceroso, y comenzar los preparativos
         de la cirugía.  Sin embargo, para la sorpresa de los médicos, los resultados de las radiografías
         fueron negativos.  Los médicos no salían de su asombro comparando las radiografías tomadas anteriormente
         con éstas que acaban de realizar.  El tumor había desaparecido exactamente como le había ordenado
         el Profeta Amós durante su oración.   La felicidad de Eva Quiroa fue inmensa cuando
         el médico le dijo que estaba sana, que aquello era un milagro de Dios.  Y Eva decía..."Fue Dios quien
         me iluminó para ojear el periódico hace unos días.  Gracias a eso pude descubrir al Profeta Amós
         y he quedado completamente sana por su oración.  Amós me sanó".  Y sana quedó Eva
         Quiroa.   |  |     EL PROFETA AMOS RESUCITA A JOVEN DESPUES DE UNA CAIDA FATAL El Salvador, diciembre de 1985   El profeta Amós se encontraba de visita en el país de El Salvador con motivos de la inauguración
         del templo de la iglesia central en San Salvador.  Era la noche del 15 de diciembre de 1985.  Muchos hermanos de
         la iglesia se encontraban en el salón dando los últimos preparativos al templo para la inauguración del
         mismo.  El Profeta Amós había llegado desde Puerto Rico para participar de las actividades oficiales. 
          Uno de los jóvenes de la iglesia, de nombre Néstor Mejía participaba junto a otros
         hermanos de los arreglos del templo.  El se encontraba pintando el techo subido sobre un andamio bien elevado. 
         La elevación del templo es de sobre 20 pies.  De momento Néstor perdió el balance y azotó
         de cabeza sobre el piso de terrazo.  El joven quedó inerte, inconsciente.  El muchacho quedó prácticamente
         muerto.   Hubo grande consternación entre los que estaban en el templo en ese momento.   Sus
         padres llegaron hasta donde estaba el muchacho tirado  y vieron la seriedad del asunto, y que las consecuencias de dicha
         caída, podían ser fatales o dejar a su hijo parapléjico.  Para ellos la única esperanza en
         dicho momento era el Profeta Amós.  Tenían una fe muy grande en las obras y maravillas que sabían
         Dios estaba haciendo a través de Amós.   Y recurrieron rápidamente hasta donde el Profeta Amós
         para pedirle su intervención. Al llegar el santo varón junto al cuerpo de Néstor
         Mejía, lo tocó y el muchacho ya estaba frío.  No tenía pulso ni estaba respirando.  
         El profeta Amós lo llamó con autoridad divina:  "Néstor, Néstor levántate,
         estás sano.  Reprendo la hemorragia y la muerte.  Tienes vida , levántate".  Y
         en ese momento Néstor se estremeció ante estas palabras del Profeta de Dios y abrió los ojos y dijo:
         "Amosito" -Nombre con que también se le conoce al Profeta Amós. Los hermanos
         de la iglesia le ayudaron a sentarse en un banco, y comenzó a vomitar.  Al instante estaba sano.  Se levantó
         y comenzó a caminar por todo el templo, sin mareos ni otros síntomas.  Sus signos vitales volvían
         a restablecerse.  Todos los hermanos glorificaban el nombre de Dios y daban gracias que el Profeta Amós estaba
         presente para darle vida de nuevo a aquel joven de la iglesia.      |  |     ENFERMO
         DESAHUCIADO DE LEUCEMIA ES SANADO  El Salvador, Centro
         América   El Profeta Amós se encontraba hospedado
         en la calle Nahuizalco de la Colonia Libertad en San Salvador.  Un día llegaron dos señoras bien afligidas
         y llorando a dicho lugar.  Estas dos señoras comenzaron a contarle al Profeta Amós el motivo de su visita. 
         Una de ellas era Rosa Hilda Carrillo, esposa de un hombre que había sido desahuciado de los médicos por la enfermedad
         de leucemia.  La acompañaba su suegra, madre del enfermo.  Ambas lloraban mientras le narraban al Profeta
         Amós que ya los médicos le habían notificado que Carlos Armando, que así se llamaba el enfermo,
         no tenía remedio y que ya no había cosa alguna que hacer por él, pues los médicos habían
         agotado todos los beneficios que la ciencia tenía para estos casos.   El
         Profeta Amós escuchaba con detenimiento a ambas mujeres oyendo todos los pormenores del caso.  Entonces les comenzó
         a hablar haciéndoles saber cómo ellas tenían que asumir responsabilidades delante de Dios.  Servirle,
         amarle, buscarle y clamar a él.  "Lo más fácil", le dijo Amós, "es que yo
         vaya, le ore y quede sano.  Pero lo más importante es que además de que Carlos Armando quede sano, sea
         salvo y ustedes también".  Y por tal razón las invitó a que se unieran al servicio religioso
         que se iba a celebrar esa noche en aquel lugar.  Esa misma noche llegan las dos mujeres bien emocionadas a la iglesia. 
         Estuvieron atentas al mensaje del Profeta Amós, y al terminar éste, ellas aceptan el llamamiento de conversión. Esa noche acordaron que al otro día vendrían a recoger al Profeta Amós para que las acompañara
         al hospital donde estaba recluido Carlos Armando.  Cuando el Profeta Amós llega al hospital se encuentra con un
         cuadro tétrico.  Carlos Armando estaba en su lecho de muerte, ya enjuto, su piel amarillenta y casi no podía
         ni abrir sus ojos.  El Profeta Amós se acercó al enfermo y oró por él reprendiendo por el
         Espíritu el cáncer en su sangre.  Proféticamente el dice al enfermo: "Levántate
         y resplandece porque ha llegado tu lumbre.  Reprendo la plaga y te sano".  Eso fue un miércoles
         y el sábado de esa misma semana le habían dado de alta al Carlos Armando.  Un hombre desahuciado de los
         médicos oyó la Voz de Dios a través del Profeta Amós y quedó sano.   Lo
         que pasó con Carlos Armando, los médicos no lograron descifrarlo ni podían entenderlo.  Lo mandaron
         a la casa y le instruyeron que viniera a exámenes periódicos entre semanas.  Luego de varias visitas a
         los médicos estos lo declararon completamente sano.  Una de las doctoras le dijo un día: Carlos Armando
         olvídese de la ciencia.  En este caso suyo nosotros no pudimos hacer nada por usted.  Esto fue un milagro
         de Dios".             .  | 
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